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Vivir mindful




Aplicar estos sencillos ejercicios con los principios de la meditación mindfulness en tu día a día, tu actividad cotidiana, sin necesidad de hacer un retiro, de tener vacaciones o días de descanso, te ayudará a serenar la mente, ver el mundo que te rodea desde otros puntos de vista comprendiendo, aceptando y apreciando las situaciones y relaciones que vives; valorando todo lo que tienes: material e inmaterial; sintiéndote afortunado y pleno; autodescubriendo tus valores y fortalezas; y abriéndote a la magia de la vida conectando con la esencia sabia y amorosa que somos.


Estando más en el presente evitamos que el pasado nos frene, nos duela y nos ensombre; y que el futuro nos angustie, preocupe y quite el sueño. Quedar atrapado en el pasado y perderse en elucubraciones futuras nos apartan del momento presente en el que estamos, somos, sentimos, damos y recibimos, fluimos y VIVIMOS.


Respiración


A lo largo del día haz breves paradas (un minuto solo ya vale) cuando sientas que vas acelerado, que estás disperso, que no te centras, que estás desbordado. Y simplemente presta atención a tu respiración. Cierra los ojos, inhala y exhala dándote cuenta del ritmo, la profundidad y la velocidad. Varias respiraciones conscientes durante uno o varios minutos te devolverán al presente y activarán la confianza y la serenidad, continuando tu actividad con mayor energía y paz.


Observación


De lo que en este momento te rodea: de la belleza, la luz, el color, el movimiento; de objetos, personas, situaciones, escenas; lo que se ve dondequiera que estés. Observa con conciencia, nada más, sin juzgar ni comentar, solo percibiendo y sintiendo.



Atención


Enfócate, céntrate en algo que haya o que esté ocurriendo a tu alrededor. Cuanto más simple sea mejor: un objeto del que no te habías percatado y lleva años ahí. Toma conciencia de su presencia, su forma, su función, su utilidad. O bien presta atención a lo que ocurre en tu interior: qué te preocupa, qué pensamientos te asaltan o se repiten una y otra vez; qué emociones sientes. La atención nos ancla y evita que vayamos a la deriva cuando el mar se agita.


Escucha


Dedica unos momentos solo a escuchar. Cierra los ojos para evitar distracciones y abre los oídos a todos los sonidos que te rodean: el viento, las voces, la música, los ruidos. Percibe sonidos nada más.


Inmersión


Métete de lleno en lo que estás haciendo: tu trabajo, una tarea o la actividad que sea. Pon todos tus sentidos, la atención y la intención en lo que haces evitando hacerlo de forma automática y con la cabeza en otros asuntos. Aúna observación, percepción y atención disfrutando del hacer con plenitud, sin estar pendiente del tiempo o la tarea siguiente. Ahora es el momento de hacer esto y nada más.


Apreciación


Mira a tu alrededor y ve encontrando tantas y tantas cosas, personas y situaciones que pasaban desapercibidas, infravaloradas o ignoradas. Busca su valor y agradécelo con el corazón, honrando su existencia y presencia en tu vida. Da las gracias por todo lo que tienes, lo que surge, lo que encuentras y lo que vives. La gratitud nos lleva a vibrar alto conectando con energías elevadas que nos armonizan y equilibran.


Incorporar a nuestra vida estos ejercicios, comenzando con unos minutos de dedicación, nos llevará a vivir cada momento con paz interior, felicidad, sentido, plenitud e ilusión.



Foto Instagram @andyworks






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