Las vivencias no tienen tiempo, ni mientras se viven ni después, son atemporales y quedan en el alma formando parte de ella, enriqueciéndola. Hay vivencias que por la escala temporal duran décimas de segundo y son enormes, intensas y profundas. En cualquier instante se puede sentir algo tan elevado, bello y grande que cuando se vive, la trascendencia de la experiencia es permanente y eterna.
Foto Instagram @harumirumiru
Comments