Les abrí la puerta y salieron revoloteando, celebrando la libertad.
Sin rumbo claro se dejaron llevar por el viento.
Se entregaron al movimiento, a los vaivenes y los revoloteos que dejan sin aliento.
A veces reposan cuando llega la calma al cielo, y entonces se crecen y fortalecen.
Levantan el vuelo y confían en el destino que hará realidad su sino.
Así es la nueva normalidad de mis sueños.
Comments