Cuando te sientas agobiado: respira.
Respira despacio y profundo, sintiendo el aire que llena tu pecho y sale por la nariz, sintiendo su temperatura, su movimiento, su sonido.
Párate unos segundos y solo respira con atención.
Céntrate en la respiración y nada más.
Cuando te sientas desbordado, saturado, descolocado: respira.
Respirando con conciencia, con profundidad y despacio tu cuerpo se sentirá seguro y se relajará; tu mente se centrará en el momento actual y tu alma se hará presente. Y así todo tu ser se armonizará, y se abrirá el camino para dejarse llevar con confianza y serenidad.
Foto Instagram @hiro_gatan
Comments