Observa tus pensamientos cada vez que algún asunto te altere, te inquiete o te quite el sueño. Así conseguirás que no te afecte en exceso ni te quite tu paz interior.
Ante cualquier hecho, lo primero que hacemos es preguntar, buscar explicaciones, razonar y tratar de comprenderlo. Este proceso es el inicio de un laberinto mental y emocional del que cuesta salir. Prejuicios, ideas preconcebidas, experiencias pasadas, recuerdos, expectativas y deseos se mezclan con las emociones del momento. Y sacamos conclusiones erróneas, tenemos reacciones desproporcionadas y tomamos decisiones equivocadas y atropelladas al dejarnos llevar por la avalancha mental y emocional.
Aprender a frenar, a parar, y concedernos tiempo para que los pensamientos se serenen, se recoloquen, se revisen, y las emociones se equilibren, nos permitirá ver de forma global y desde otros puntos de vista, para así comprender y discernir con claridad eligiendo el mejor camino.
Foto Instagram @gandyworks
Comments