Un movimiento armónico que es variable en velocidad, y que no necesita espacio ni tiempo.
Percibir y sentir es el primer paso para fluir. Intuir y confiar nos empuja a seguir, a salir, a continuar, o a empezar. Cada persona y cada vida es diferente, pero el proceso es similar.
No se trata de lanzarse al vacío, de arrojarse a la corriente, de enfrentarse a un huracán. Se trata de acoger lo que surge, lo que encontramos en nuestro camino, lo que descubrimos, guiados por las emociones que despiertan y con una mente abierta, expandiendo la conciencia; de este modo conectaremos con energías sutiles y sabiduría del alma que nos llevará por nuevos y sorprendentes senderos, donde encontrar destinos prósperos y enriquecedores que nos aportarán plenitud y felicidad.
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