En estos momentos de conflictos bélicos y tragedias mundiales evitables, las emociones y los pensamientos que surgen nos hacen sentir temor, angustia, pena, impotencia y rabia. Ese estado emocional y mental se empeora con todo lo que nos llega a través de los medios de comunicación: imágenes, testimonios, debates, opiniones, noticias y reportajes que nos contaminan, nos bajan la energía, nos oscurecen y nos hacen sentir mal entrando en el pesimismo y la desesperanza.
En estos momentos más que nunca tenemos que elevar nuestra frecuencia vibratoria, es decir, potenciar nuestra energía.
Eso se consigue haciendo cada día cosas que nos gusten: actividades y tareas que nos hagan disfrutar; evadirnos; olvidarnos del tiempo; conectar con el alma, la nuestra y la de los demás; sentir paz y alegría. Y centrándose en todo lo bueno que nos rodea: las relaciones personales, la naturaleza, los animales de compañía, el arte, la música, lo que nos llena el alma aunque sólo sean unos instantes.
Cada día reservar un rato a fluir, sintonizar, conectar, enfocarse en algo que eleve nuestra vibración, y así ayudamos a la humanidad y al planeta, porque la vibración elevada atrae y emite energías similares armonizando toda nuestra vida y nuestro mundo.
Foto Instagram @yukishoma121
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