La primavera es una maestra que enseña con el ejemplo, sin teorías, con hechos. Una asignatura sobre belleza, renacimiento, fuerza interior, sencillez y expansión. El misterio del Universo, del planeta y las estrellas, la Tierra y el Sol, que cada año sin falta transforma la naturaleza. Cambios de luz, color, sonidos, temperaturas, paisajes, flora y fauna. Un bullir energético del que somos parte. Una oportunidad de elevar nuestra vibración, un proceso inconsciente del que podemos tomar conciencia sintiendo en todo nuestro ser lo que nos regala la primavera.
Que no se escape un solo día sin haber prestado atención a esa vereda por la que absortos pasamos; sin inspirar profundo ese aroma que nos encuentra; sin escuchar, como si nos estuvieran hablando, a los pájaros que pían y cantan; sin asombrarnos por los colores, la geometría y las formas de las flores que en cualquier lado brotan; sin admirar el milagro de una semilla que estaba escondida bajo la tierra y de repente un día crece y florece. Que no se nos pase un solo día sin disfrutar, sin agradecer, sin honrar a esta esplendorosa estación que es la que ahora nos enseña a vivir.