Cada día es una nueva oportunidad para descubrir, sentir, comprender y vivir con conciencia esta experiencia misteriosa, única y divina. Paso a paso, acogiendo y liberando, confiando y soltando las dudas existenciales que afligen y oscurecen.
Abriendo nuestras mentes, nuestros corazones y nuestros brazos recibiremos el amor, la luz, el aire y los frutos de lo que un día fue una semilla olvidada que cayó en la tierra y brotó, creció y floreció.
Siempre a su ritmo, a su momento y en su lugar, vibrando en sintonía con el Universo multidimensional y en conexión con todo lo que existe, visible e invisible a nuestros ojos.
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