La oración es una forma de meditación con conexión espiritual.
Al rezar estamos concentrados en un párrafo con sentido que repetimos, igual que se recita un mantra. Además de la actividad mental hacemos un ejercicio de fe y optimismo, de confianza y de liberación de preocupaciones. Mientras rezamos también practicamos la visualización; nos centramos en el resultado final, en la solución, dejamos de planear y elucubrar y ponemos la atención en el deseo como si ya fuera una realidad.
Orar es pedir y fluir; dejar que la Luz, la divinidad nos acompañe y nos guíe, nos sorprenda, nos demuestre que hay una ayuda poderosa y mágica que siempre está a nuestra disposición.
Un rato de oración, a solas y en silencio, te conectará con esas energías que están en nuestro interior y que nos unen con las energías más elevadas del cosmos.
Foto Instagram @kamisaki_mizuho
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