Importa lo que hacemos, pero también lo que no hacemos y lo que dejamos de hacer. Se le da importancia a lo grande y espectacular, pero también lo tiene lo pequeño y ordinario porque para el alma lo más breve, insignificante, sencillo y simple siempre es extraordinario, valioso, importante.
Es nuestra mente con todos sus condicionantes, criterios y creencias lo que erróneamente minimiza e ignora el valor espiritual de todas las cosas, circunstancias, hechos y acontecimientos que ocurren en el día a día, provocando frustración, decepción, desasosiego e infelicidad.
Profundiza en el valor de todo lo que pasa en tu vida, lo que llega, lo que encuentras y lo que vives y verás cómo cambia tu vivencia y te llena de gratitud, riqueza interior, paz, belleza y amor.