Primeros días de otoño en los que el sol todavía da mucha calor,
pero temprano se acuesta.
El aire del mediodía acalora y sofoca.
Al caer la tarde una brisa suave, y cada día más fresca,
mece las hojas de los árboles
que empiezan a dorarse y a caer tímidamente.
Esa luz de las tardes de otoño,
con cielos celestes y alguna solitaria nube deshilachada,
recuerdan cada día la belleza de la naturaleza,
la sabiduría que encierra
y el tesoro que nos entrega.
Foto Instagram @shilky07