Cada día miles de pensamientos surgen en nuestra mente, sin ton ni son, vienen y van; a veces raros; otros siempre igual, poco varían. Dependiendo de lo que sucede a nuestro alrededor, de nuestro estado emocional y de nuestra forma de ser tendremos pensamientos distintos y variados.
Observa tus pensamientos, de qué van, si son repetitivos, constantes, esporádicos, si te angustian, te hacen sentir mal o te alegran y te hacen sentir bien.
Concédete un rato cada día, al terminar tu jornada, para analizarlos: qué tema predomina, si te alteran, te quitan el sueño, te impiden concentrarte en alguna tarea, si surgen continuamente, si son lógicos o absurdos, si llevan mucho tiempo apareciendo.
Los pensamientos gobiernan nuestra vida, cualquier cosa que hagamos tiene su origen en un pensamiento. Las ideas, los deseos, los sueños utilizan como lenguaje para expresarse a los pensamientos.
Prestar atención a lo que piensas te ayudará a conocerte mejor, a saber qué te preocupa y por qué, a entender tus conflictos, a descubrir tus debilidades y fortalezas, a ver con claridad y discernir, a orientarte cuando te ves perdido.
Toma conciencia de tus pensamientos.
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