El cuerpo humano es una maravilla de la creación. Un organismo con inteligencia propia, con millones de millones de procesos celulares perfectamente organizados y coordinados, capaz de adaptarse a los cambios, a las agresiones, a las lesiones y a los fallos.

Se ha perdido la confianza en el cuerpo, en su capacidad de autosanación, en su sistema de defensa, en su poder regenerativo. Se infravalora. Se medicaliza cualquier molestia o malestar, empezando tratamientos farmacológicos que actúan de forma indiscriminada, afectando a células sanas y causando más perjuicio que beneficio.

Caemos presa del pánico ante cualquier síntoma banal, y nos precipitamos automedicándonos y haciéndonos exámenes y pruebas que nos llevan a angustiosas sospechas diagnósticas y tratamientos innecesarios y desmedidos, lo que podría evitarse si nos concediéramos el tiempo suficiente para que nuestro organismo busque sus propios recursos, ayudándole con una actitud mental positiva y con herramientas personales que todos poseemos, pero que desconocemos.

El poder de autosanación siempre ha existido y existirá. Recuperémoslo.

NOTA

Según aseguran algunos estudios científicos publicados:

“La mitad de los medicamentos prescritos son innecesarios y, en algunos casos, más perjudiciales que beneficiosos»

“Los medicamentos son la tercera causa de muerte en el mundo”

Foto Instagram @cristalle_macro

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