La comida que cada día tomamos es fuente de energía necesaria para mantener nuestro cuerpo físico sano y para vivir.
Además de elegir alimentos saludables y de cocinarlos también contribuye a la salud la forma de tomarlos, el lugar, la compañía, el tiempo que le dedicamos y la conciencia que ponemos mientras comemos. Comer sentado cómodamente; con la mesa puesta con mantel, vajilla y detalles bonitos; sin prisas; poniendo todos los sentidos en lo que se come y prestando atención; compartiendo ese rato con otros comensales; valorando lo que tienes en el plato y agradeciendo esos alimentos que tomas es comer con conciencia.
Y así, cualquier comida, además de ser una ingesta de nutrientes, será un rato de conexión con tu interior, de atención plena y desconexión de quehaceres y preocupaciones, de recuperación de energía y de bienestar físico y mental que contribuyen a la salud y la felicidad.
Al menos una vez al día haz una comida con conciencia, tranquilidad y gratitud; tu cuerpo, tu mente y tu alma la sentirán y se armonizarán.