Es importante indagar, interiorizar y buscar ese miedo que permanece, que se oculta, que no vemos o no queremos ver, que ignoramos y desconocemos pero que es causa de dolor y sufrimiento.*
Para quitar la máscara al miedo hay que ser sincero con uno mismo, no autoengañarse con argumentos y excusas, no conformarse con las justificaciones.
Los miedos son reacciones normales ante situaciones que percibimos como peligrosas, y por ello son beneficiosos. Pero tienen su momento, su tiempo, su función; cronificarlos perjudica, y mucho.
Pregúntate a qué tienes miedo, te vendrán respuestas variadas; algunos serán leves temores y otros miedos terroríficos. Para saber cuál es ese miedo que te limita y bloquea presta atención a lo que sientes, cómo reacciona tu cuerpo, si se tensa, si aparece un dolor o malestar; qué otras emociones surgen y qué pensamientos aparecen. Quizá te haga sentir tan mal que no quieras ni pensar en ello, esa es la clave para descubrir tu miedo.
* (Para ampliar la información lee “Deja un temor” publicado el día 24 junio)
Foto Instagram @artspective