Cuesta pronunciar la palabra Amor.
Cuesta por temor a no ser entendido con todo su valor,
a no ser creído.
Cuesta cuando no se ha sentido antes.
Y cuando lo dimos y no lo recibimos.
Cuesta porque es algo muy grande
y hay que asegurarse
de que lo que se siente de forma inexplicable;
que trastorna y descoloca;
que no se va ni se desvanece;
que nos acompaña
desde que amanece hasta que anochece;
y continúa,
día tras día,
sin descanso,
es algo real y verdadero.
Hay que asegurarse.
Y eso, a veces, lleva tiempo…
Foto Instagram @aoei_memory