El agradecimiento es una actitud que genera felicidad y paz interior.
Cada día tenemos muchos motivos para estar agradecidos.
Cuando termines el día concédete unos minutos para repasar todas las cosas buenas que has vivido. Y agradécelas con conciencia y sintiendo en el corazón la energía de la gratitud, no de forma automática pronunciando la palabra “gracias” y nada más.
Agradece a ese Dios personal con el nombre que le quieras poner; al universo; a la energía; a ese algo superior infinito que se manifiesta en cada elemento de la creación.
Agradece las situaciones vividas, las experiencias, lo aprendido, lo sentido, lo grande y lo pequeño, lo descubierto, lo recibido, lo trabajado, lo comido, lo compartido, lo comprendido. Por muy duro y difícil que haya sido un día siempre hay algo por lo que estar agradecido.
La energía que se moviliza al agradecer atrae energías elevadas que te armonizarán y te aportarán serenidad y equilibrio.
Foto Instagram @ni.leconte