top of page

Vencer la apatía


Es frecuente sentir desgano, desinterés, desilusión sin motivo aparente, sin razón ni explicación. “No tengo ganas de nada” sería la frase típica de ese estado en el que sin querer nos encontramos un día. A veces son pasajeros y en un día o dos recuperamos el ánimo, la ilusión y las ganas de hacer; pero a veces se prolongan en el tiempo, se cronifican y ya no son días sino semanas y meses.

Cuando te veas en esa situación de apatía que no cede haz un repaso a todo lo bueno que hay en tu vida, porque lo hay. No te enfoques en lo negativo, los problemas y las dificultades porque eso sólo agrava tu estado e impide buscar soluciones, hacer valoraciones objetivas, enfocar nuevas perspectivas, mirar con otros ojos el asunto.

La vida está llena de posibilidades y oportunidades, de pequeñas cosas que son las más grandes, de momentos inolvidables, de belleza, de tesoros que no vemos y tenemos delante, de personas desconocidas que se cruzan con nosotros y a las que ignoramos, de una maravillosa naturaleza que no valoramos, de riqueza para los sentidos.

Cuando no tengas ganas de nada durante más de un día empieza agradeciendo todo lo bueno que tienes por insignificante que sea, por cotidiano o simple que parezca; y luego conecta con tu entorno, con lo que encuentres, sin expectativas ni metas, simplemente acogiendo, recibiendo y entregando, dando con alegría por vivir: sentir, tener, compartir, ayudar, aprender, disfrutar con conciencia y ser uno mismo.

 

Foto Instagram@nikolator

bottom of page