Más lento o más despacio
pero siempre dando pasos.
Más grandes o más pequeños,
tal vez descalzos,
de puntillas o dando saltos,
pero siempre hacia adelante.
Puede que nos pisen.
Duele un pisotón
pero no es excusa para no seguir caminando.
Aunque cojees o te duela algo
tus pies han de seguir andando.
Es su menester.
Sigue caminando.
Foto Instagram @air.secret