Sólo te siento cuando estás en movimiento;
cuando mueves las hojas de los árboles que me rodean;
cuando despeinas mi pelo;
cuando mi vestido se bambolea;
cuando te enfrías o caldeas y mi piel me avisa;
cuando la ropa tendida ondea;
cuando silbas por la ventana entreabierta;
cuando me vuelas los folios
en los que escribo lo que tu alma me cuenta.
Ella es igual que el viento,
siempre está pero a veces no la siento,
tan sutil y silenciosa,
parece parada pero está en movimiento.
Eres igual que el viento.