Los animales de compañía son pequeñas almas que nos encontramos en nuestra vida, o nos encuentran, son pequeños grandes maestros que con su ejemplo enseñan grandes lecciones.
Nos conquistan con su amor y fidelidad, con su mirada y su calor. Nos enriquecen y reconfortan, nos engrandecen y transforman.
Y al igual que ocurre con las personas que amamos, cuando se marchan nos apenamos porque son luz y amor que añoramos y necesitamos.
Pero seguimos conectados y en el corazón los llevamos.