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Conclusión


Pienso, pienso y repienso.

Tanto pienso que ni sé lo que pienso.

Pensar no sirve cuando se trata de sentimientos

porque es como hablar idiomas diferentes,

es como entrar en clase de matemáticas que último curso

y ser alumno de bellas artes.

Es querer descifrar una ecuación sin solución.

No se puede pensar porque no hay explicación,

ni lógica ni razón.

Esa es la conclusión.

 

Foto Instagram @jamesdcawley

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