Son grandes maestros de la vida, nos hacen parar, hacer balance, analizar, reflexionar sobre lo acontecido sacando conclusiones y aprendiendo. Tras un fracaso ganamos sabiduría y aunque al principio se vea como algo negativo, en cuanto se acepta, se ve en todo su contexto y se integra como una experiencia más de la vida se toma conciencia del valor que tiene para nuestra evolución.