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No hablar


A veces uno decide callar, no expresar, no comunicar, no decir, creyendo que así está más protegido de la incomprensión, el rechazo, el dolor de no ser valorado, de ser atacado.

Eso es beneficioso en contadas ocasiones, en circunstancias excepcionales en las que sabemos que callando evitaremos conflictos y enfrentamientos porque conocemos a los implicados, porque hemos tenido encuentros y desencuentros, porque sentimos que lo mejor es no hablar.

Pero muchas veces, la costumbre, el hábito de no hablar se afianza en nosotros generalizando este comportamiento a todas las relaciones personales, llegando incluso a las familiares y amistosas, y convirtiéndose en una limitación que nos perjudica, que no nos beneficia porque no hablar de nuestras inquietudes, preocupaciones, experiencias, ilusiones, sueños y guardarlo todo es poner barreras al alma, es impedir que sea libre y que conecte con otras almas, es no fluir.

 

Foto Instagram @omniamundamundis

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