Así nos parece a veces nuestro camino: pendiente, trabajoso, vertiginoso, cansado. Son sólo tramos del camino difíciles de transitar, hay que ir despacio, si corres te cansas, te puedes caer, te agotas, te falta el aliento. Camina despacio, tómate tus respiros y sigue adelante la cuesta arriba porque al final de ese tramo verás un paisaje que ni te imaginas porque hay que subir la cuesta para descubrir qué sorpresas te guarda la vida.
Foto Instagram @veeceecheng