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Organizar tareas


Organiza tu día con antelación, eso te dará tranquilidad y evitarás el estrés que produce la desorganización. Prioriza las tareas según su importancia y urgencia. Haz primero lo importante y urgente, lo necesario y que no puede esperar; aquí hay que incluir los imprevistos, las urgencias personales, familiares y laborales.

No te precipites. Uno de los errores más frecuentes de organización es dar más importancia y urgencia a lo que realmente no la tiene. Pregúntate qué consecuencias tendrá sí no se soluciona ya, si esperas unos días, si das tiempo a que lleguen soluciones más adecuadas, algo que con la precipitación, la impaciencia y el descontrol no llegas a encontrar porque no se deja espacio a alternativas mejores que una mente agobiada no ve. Cuando esto ocurre haz una breve relajación respirando hondo varias veces y escuchando a la intuición que se colará entre los pensamientos, y como un rayo de luz te aportará una solución perfecta para el problema actual.

 

 

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