Las ropas que usamos tienen su propia energía como materia que son y tienen energías nuestras, nuestro campo electromagnético impregna todo lo que nos ponemos. Cuando guardamos la ropa esas energías van con ellas, no desaparecen con el lavado porque son energías sutiles que interactúan con las que les rodean, eso hace que cuando se acumula ropa sin usarse las energías se estanquen, no fluyan, afectando al fluir del resto de energías circundante, entre ellas las nuestras, por eso muchas veces se siente rechazo por algunas prendas que en su momento nos gustaron y usamos sintiéndonos cómodos y a gusto.
Para que esas energías de las ropas fluyan y sean armónicas no acumules y todo lo que no te hayas puesto en el último año deséchalo, reciclado, dale otra utilidad, dónalo pero no lo guardes porque los armarios y cajones llenos de prendas que no se usan obstaculizan el movimiento de energía dificultando alcanzar equilibrio energético y armonía.