La tristeza mantenida y prolongada es perjudicial porque supone un estado de pesimismo, emociones negativas y pensamientos negativos que lleva a la oscuridad provocando una depresión que puede llegar a ser muy profunda.
Cuando la tristeza se cronifica hay que ponerse manos a la obra, no se trata de tomar un medicamento antidepresivo y esperar que lo solucione, no, hay que buscar luz que nos alumbre el camino, que nos ayude a ver con los ojos del alma todas las maravillas, las alegrías, los regalos de la vida y las bendiciones que tenemos y que no vemos porque la tristeza nos mantiene a oscuras.
La luz está en nuestro interior, en el alma, sólo hay que abrir la puerta para que entre. Cómo se abre la puerta: meditando.