Para reparar los daños de la piel del rostro como consecuencia del calor, el sol y el aire seco del verano ponte una mascarilla de miel pura, unta la miel por el rostro y el cuello respetando los párpados, déjalo cinco minutos, aclara con agua templada y seca con suavidad.
Hacerlo antes de acostarte y no aplicar cremas esa noche.
Hacerlo al menos tres días seguidos.