Hay momentos en la vida en los que tenemos la sensación de que nos falta valor para dar un paso, tomar una decisión, decir o hacer algo importante, es sólo una sensación, una impresión que surge en la mente, es producto de lo vivido y aprendido en nuestra existencia, de creencias limitantes, de miedos.
El valor siempre está en nuestro interior y no es cuestión de cantidad. El valor es una fuerza invisible pero real, es una energía que nos empuja, nos impulsa, nos levanta, nos mueve, nos hace vivir aventuras.
Cuando te parezca que no tienes valor suficiente no te lo creas. Presta atención a lo que sientes, escucha al alma, respira hondo y adelante, da ese paso deseado. El valor está, palpita, te acompaña, dale su oportunidad, no le cierres la puerta, déjalo trabajar.
Confía en esa fuerza innata que llevas dentro, confía en su poder.