El agua del mar es muy buena para la piel, tiene minerales que regulan su equilibrio, el pH, la flora, la secreción grasa, aporta suavidad y tersura, ayuda a cicatrizar y curar heridas, mejora las dermatitis en general.
Dejarse esos minerales tras un baño en el agua del mar sin enjuagarse ni lavarse con agua de la ducha tiene un efecto beneficioso y terapéutico.