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Meditar en verano


La mejor hora para meditar en un caluroso día de verano es al amanecer y al atardecer cuando la temperatura ambiental refresca, ese momento en el que el sol acaba de salir y aún está bajo en el horizonte y cuando se acaba de poner, antes de anochecer es un buen momento para conectar con la naturaleza y desconectar la mente, sentado o tumbado en una terraza, jardín, campo o playa meditarás con mayor facilidad y de forma más profunda que en cualquier otro momento o lugar en un día de verano.

 

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