Dormir todo el tiempo que sea necesario, todas las horas que haga falta, mientras tengamos sueño, de noche y de día es el mejor reposo que se puede dar al cuerpo y a la mente.
Aprovechar un fin de semana o un día de descanso laboral para dormir sin poner horarios, sin despertador, sin obligaciones, sin móvil, sin compromisos, sin remordimiento por creer que se pierde el tiempo o se es vago, disfrutando del dormir es salud global, porque durante el sueño el organismo se reequilibra, se restaura, se regenera y la mente se desconecta, se desacelera, se relaja, se deja espacio para la inspiración, la intuición, la solución de problemas.
Durante el sueño de las emociones se asientan y al despertar la comprensión de nuestro vivir y el sinvivir, nuestro quehacer, nuestro querer y no querer, nuestro caminar es claro y certero lo que nos ayudará a seguir, a cambiar, a volver, a luchar, a mirar con otros ojos la vida.
Cada vez que te sientas desbordado, agobiado, preocupado permítete una cura de sueño durante uno o dos días, los efectos son inmediatos.