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Terapia del bosque


Dos terceras partes de Japón están cubiertas de bosques. La naturaleza forma parte de la filosofía de vida de los japoneses, las tradiciones sintoísta y budista promueven la comunicación con la naturaleza a través de los cinco sentidos.

Desde 1982 se practica en Japón la terapia del bosque, medicina del bosque o Shinrin-yoku. La Agencia Forestal tiene 48 centros oficiales dedicados a esta terapia a los que acuden al año casi 5 millones de japoneses que padecen de estrés, hipertensión y ansiedad.

Desde 2004 el gobierno japonés ha invertido unos 3 millones de euros en investigación científica sobre los efectos terapéuticos de los bosques y sus beneficios fisiológicos y psicológicos. Estudios sobre neurobiología e inmunología han demostrado que pasear o simplemente estar en un bosque disminuye la actividad del córtex prefrontal, la parte del cerebro donde residen las funciones cognitivas como planificar, resolver problemas y tomar decisiones desplazando la actividad a otras partes del cerebro relacionadas con las emociones, la empatía y el placer. También se ha demostrado que aumenta la concentración de células NK, un tipo de glóbulo blanco que lucha contra infecciones y cáncer, un efecto que se mantiene hasta una semana.

Los principales responsables de este efecto beneficioso son los compuestos volátiles aromáticos que emiten los árboles llamados fitoncidas que se usan en aromaterapia y medicina holística.

Las sesiones de terapia del bosque son de dos horas en las que pasean y hacen ejercicios de respiración guiados por monitores, se hace de forma pausada y relajada empleando los cinco sentidos, disfrutando con la vista de las formas, luces y colores; escuchando el rumor del aire en las hojas y el canto de los pájaros; oliendo los aromas de árboles y plantas; palpando los troncos, el musgo y las rocas y saboreando un té o infusión con hierbas naturales.

 

Fuente: blog losárbolesinvisibles.com

 

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