El ser humano necesita de la compañía a lo largo de toda su vida, es algo propio de la naturaleza humana, propio de casi todos los seres vivos si se generaliza.
Se aprende, se evoluciona, se disfruta y se comparte en compañía.
Acompañar a una persona en un momento de dificultad es el mejor de los apoyos que podemos dar, muchas veces no es necesario hacer nada más, ni siquiera hablar, la simple compañía ya aporta todo lo que la persona necesita.
Acompañar de manera incondicional, sin explicaciones, sin porqué ni para qué, estar presente y al lado de alguien en cualquier circunstancia es un acto de amor, es una forma de expresar aprecio, es un modo de aportar, dar, entregar esos valores humanos que muchas veces se ocultan tras apariencias que no dejan ver el verdadero interior de las personas.