Elige una hora del día en el que puedas estar a solas sin interrupciones durante un rato, siéntate cómodo, pon las manos relajadas sobre tu regazo, cierra los ojos, respira hondo varias veces y exhala el aire despacio por la boca, sigue respirando tranquilo, a tu ritmo. Observa tus pensamientos sin enredarte en ellos, como si fuera una película, irán pasando, cambiando, reaparecerán los primeros, y así sin parar, tú solo date cuenta de lo que sucede sin más y presta también atención a tu respiración, siente el aire que entra y sale por la nariz y siente en el corazón, eso es meditar.