Doy gracias a esa fuerza poderosa invisible pero real que aparece cuando creo que ya no puedo más, cuando la esperanza escasea, la fe flaquea y me parece que no voy a ser capaz de seguir adelante con mi empeño particular.
Doy gracias a esa fuerza que me hace arrancar y volver a volar, sorteando las nubes grises que aparecen y me quieren nublar.
Doy gracias a esa fuerza que me hace reconectar con la magia y las sorpresas que a mi alma hacen brincar.
Doy gracias a esa fuerza que me hace recobrar la ilusión cuando parece que se ha ido pero solo se ha escondido.
Doy gracias a esa fuerza por hacerme entender lo que a veces no se entiende con la mente, lo que a veces es imposible de entender, lo que parece increíble poder llegar a entender.
Gracias.