Estar solo a ratos o temporadas es tan necesario como la compañía.
En soledad conectamos con nosotros mismos, con nuestra alma, nos podemos escuchar sin influencias ni interferencias, es entonces cuando surgen las respuestas, la inspiración, cuando ponemos orden en nuestro interior.
Es una soledad consciente, elegida, que se disfruta y se compagina con la compañía, ambas son necesarias en la vida, son valiosas y nos ayudan a crecer.