Se consigue cuidando la alimentación, haciendo algún ejercicio físico moderado, descansando lo necesario, haciendo actividades relajantes, escuchando los síntomas y llegando a su origen, evitando tóxicos, fármacos en exceso o innecesarios y el estrés prolongado.
El cuerpo es nuestro templo y hay que cuidarlo, limpiarlo, mantenerlo en perfecto estado y eso requiere un poco de dedicación.