Buscamos paz como si fuera algo que buscar, como si estuviera perdida o escondida, como si hubiera que cogerla de la mano y traerla donde estamos, como si fuera un objeto, algo delimitado.
Y la paz no se busca, no está fuera, la paz es como el amor, ya la tenemos, está en nuestro interior, es amiga del amor, van juntas de la mano.
La paz aflora cuando hay calma en la mente, son los pensamientos los que no la dejan fluir, los que la ocultan, pero está ahí, en nuestro corazón.
Serenando la mente mediante un rato de meditación la encontraremos, y será como flotar en el mar inmenso sin apenas olas, solo un suave y armónico movimiento de agua y brisa.