Hay momentos en la vida en que uno no encuentra sentido a lo que hace, a lo que siente, a lo que vive, y entra en una etapa oscura, triste, dolorosa y difícil, son entradas en un túnel del camino.
Conectando con el alma se ve la salida, siempre hay luz al final del túnel y un camino que nos espera.
La crisis existencial siempre enseña, siempre aporta sabiduría, entendimiento, claridad, amor, siempre abre los ojos, siempre fortalece.