El final de la vida es sólo el final de un ciclo, de una etapa, de un proyecto.
El cuerpo físico se desintegra, desaparece, pero el alma, la energía, sigue viva, sigue existiendo, invisible, pero real, ese alma lleva consigo la sabiduría y el amor que en esa vida se han cultivado, se han cosechado. Es como si un ordenador se destruyera pero el disco duro sigue guardando información, en el caso del ser humano es conciencia y es amor lo que se graba.