Vivir es caminar por un sendero, cada persona tiene un camino, hay personas que comparten parte del camino, hay quien se equivoca de camino, quien llega a un cruce y no sabe para dónde seguir, hay quien se sale del camino elegido.
La mayoría emprenden su andadura al principio de la mano de los padres o cuidadores, luego solos, aunque casi siempre encontrando compañeros que son guías importantes, grandes apoyos, son nuestros maestros, los que nos enseñan, nos ayudan, nos alumbran como un faro.
Y el camino nunca es llano, siempre hay baches, zanjas, piedras, obstáculos, curvas cerradas, precipicios peligrosos, pero siempre hay señales de aviso para salvar los obstáculos, y aunque a veces nos golpeamos y nos herimos y nos hacemos mucho daño siempre se puede seguir adelante por muy duro que sea el camino.