Qué duro es tener paciencia
cuando el alma quiere a toda prisa caminar y despacio hay que andar,
cuando quiere gritar pero lo mejor es susurrar,
cuando quiere saltar pero hay que esperar,
cuando quiere correr y tiene que frenar,
cuando quiere escalar y hay que acampar,
cuando quiere volar y las alas tiene que replegar
mientras llega el momento de arrancar el vuelo
de la mano de un alma que aprende
y se prepara para surcar los cielos.