Para quitar esas durezas de la piel producidas por roces o presiones continuadas.
Primero frotar la zona con medio limón durante un minuto y dejar secar.
Ahora preparar un bañito con agua caliente y una cucharada colmada de bicarbonato y meter la zona callosa durante 10 minutos, luego secar.
Por último poner una gota de aceite de oliva en el callo, envolver en un algodón y dejarlo toda la noche.
Hacerlo diariamente durante 10-15 días.