Es un tipo de meditación que sigue la filosofía budista de un estilo de vida sencillo, simple y sin apegos.
La meditación zen se basa en la respiración, consiste en sentarse con la espalda recta y el mentón hacia dentro, los ojos pueden estar entreabiertos mirando al suelo de forma relajada o cerrados, y sólo hay que prestar atención al aire que entra y sale por la nariz, sintiéndolo, se puede acompañar la inspiración y la exhalación del aire de una palabra sagrada, como om, que se pronuncia o se dice mentalmente.
Al empezar se inspira profundamente y se exhala el aire muy despacio, se hace varias veces y luego se deja la respiración a su ritmo, no se trata de controlarla sino de observarla, fijarse en ella, sentir el aire que entra y sale por la nariz, solo eso.
Con que se practique durante 10 o 15 minutos diariamente ya se obtienen beneficios desde el principio.