Es el arte de vivir en armonía con el entorno.
El feng shui, término que significa “viento y agua", es una sabiduría china milenaria que se practica desde hace más de tres mil años, se empezó utilizando para elegir los lugares adecuados en los que edificar casas o poblados, lugares donde la energía vital, llamada chi, fluía de forma armoniosa y favorable para la vida. También lo usaban para elegir los materiales de construcción, la distribución de la vivienda y su funcionalidad, para ello se guiaban por la agudeza de los sentidos, la observación, la intuición y los conocimientos transmitidos por sus antepasados y maestros para interpretar el lenguaje de laTierra.
La energía que fluye en el espacio físico donde vivimos y trabajamos es de vital importancia para la salud, la prosperidad y la felicidad.
Los tres principios básicos en los que se fundamenta el feng shui son:
Todo está vivo: todo lo que forma parte del mundo físico tiene una energía vital, el chi, además de la energía que nosotros le transmitimos a través de nuestras reacciones, experiencias y recuerdos. Si hay armonía con lo que nos rodea experimentaremos sensación de equilibrio, comodidad y seguridad.
Todo está relacionado: la energía fluye y se propaga a todo lo que existe.
Todo cambia: la energía cambia constantemente, es dinámica.
El feng shui contempla la vida como un todo, todas las cosas están vivas, interrelacionadas y en constante movimiento. Su objetivo es equilibrar y canalizar la energía vital, conseguir que la energía circule y fluya evitando que se bloquee o estanque consiguiendo un entorno equilibrado, armonioso y positivo.
Conseguir un hogar o un lugar de trabajo equilibrado y armonioso se hace en la práctica mediante la adecuada distribución de los objetos que hay dentro y alrededor de la vivienda, y combinando los 5 elementos: tierra, fuego, aire, agua y madera, junto con los colores y las formas, con ello se consiguen espacios en los que nos sentimos cómodos física y psicológicamente.