Las vacaciones son un periodo de descanso laboral en el que la mayoría proyectan sueños, deseos, ilusiones, esperanzas, y se pasan el año pensando en las vacaciones.
Ya sean pocos o muchos esos días lo cierto es que en vacaciones el tiempo cunde más, los días parecen más largos, se hacen muchas actividades diferentes, se comparten experiencias, se conocen nuevas personas y lugares, se ven costumbres y tradiciones, se descubren rincones con encanto, se disfruta el momento sin agobio, sin prisas, sin horarios, sin reglas, sin exigencias.
Aunque parezca difícil se puede vivir todo el año como unas continuas vacaciones, aunque se vuelva al trabajo, al estudio, a las obligaciones, a la rutina, si uno se lo propone cada día puede vivirlo como unas vacaciones,
¿Cómo?
Tomando conciencia de lo que hacemos en vacaciones pero adaptado a nuestro quehacer cotidiano.
Buscando cada día un rato para el ocio.
Disfrutando cada instante.
Haciendo proyectos y planes de pequeña envergadura y factibles.
Ilusionándose con todo lo que surge.
Relajándose con las actividades cotidianas.
En definitiva, VIVIENDO CADA DÍA COMO UN DÍA DE VACACIONES.
Este planteamiento no es solo para los afortunados que disponen de vacaciones, sino también para los menos afortunados que no cogen vacaciones o que las cogen en épocas menos propias de vacaciones por imposibilidad de hacerlo cuando les gustaría.