top of page

Balance de sentimientos...


De vez en cuando me cuestiono esta historia, la mía, la nuestra, la tuya, una historia increíble sin razón ni explicación, una historia de sentimientos, del más grande, una hermosa palabra que cuesta pronunciar y escribir, que la mente rechaza y el corazón abraza.

Una historia sorprendente y mágica como jamás pude imaginar.

Una historia de almas, de sueños, de vidas, de ilusiones guardadas que no se atreve uno a desempolvar, de luz, de energía, de sorpresas…

Me subo a una nube blanca, esponjosa, hermosa, desde donde veo la Tierra, mi tierra, mi vida, mi casa. Y subo y bajo, y vuelo, y caigo, y a veces la nube está gris, y hay rayos y truenos, y llueve y estoy abajo y me mojo. Y sale el sol y hace viento, y me aireo, me seco, y me subo y miro hacia abajo, y te veo, escondido, en tu castillo, con su muralla, enorme, insalvable, y a veces pienso tirarme en paracaídas y entrar en el patio, y llamarte, y darte la mano y sacarte de esa fortaleza que es igual que una cárcel, pero me da miedo lanzarme y no encontrarte porque estés escondido…

A veces me pongo y hago balance de todo lo que siento, de lo que hay, de lo que tengo, y no salen las cuentas porque es tan grande lo que siento, lo que hay y lo que tengo que no hay balanza en el universo capaz de pesar tanto, de calcular el peso de tantos hermosos y grandes sentimientos.

Pero el alma es sabia y siempre dice:

“Da igual lo que pese,

da igual lo que cueste,

lo que tarde,

lo que dure,

siempre merecerá la pena ese sentimiento único que es eterno,

que vive siempre y que mueve el universo”

 

bottom of page